Hoy he estado dentro de una ballena. Con esto de los carnavales, me he disfrazado de gamba pequeña del sur del pacífico y me he sentado encima de una burbujita a esperar. No ha tardado mucho. Es como esperar al autobús. Hace cosquillas, luego… oscuridad. La más absoluta oscuridad. La verdad es que me ha tocado una con la cabeza muy bien amueblada, según una de las neuronas, todo es del IKEA. Había más gambas jugando al mus y al dominó con un tal Pinocho. La salida ha sido lo peor de lo peor. Me he mareado un poco. Ahora estoy en mi casa, viendo la tele. Mañana, ya veremos…