La semana pasada estuve en el restaurante de mis amigos, Carlos y Laura, «El rincón de Merlín». Elaboran platos tradicionales y trabajan una cuidada cocina saludable.
Decidieron que era lo mejor para sus vidas. Me sorprendieron con unos exquisitos medallones de merluza, bien preparados en usa salsa salpicada por guisantes y gambas. Dios mío, si terminé con la cazuela y un sinfín de navíos de harina y sal prospeccionando el fondo hasta que sólo quedó precisamente eso, el fondo.
Siempre que puedo, me dejo caer para ser víctima de su compañía, de su conversación y de sus historias. Nada mejor que sus recetas como excusa para una agradable velada. Nunca pensé que comer saludable y degustar un exquisito menú pudiesen ser amigos delante de una misma mesa.
Gracias chicos!
Haciendo el camino, dando de comer, así agradecemos las cosas en nuestra casa… que bonito decir "nuestra casa", que bonito sentir que es nuestro rincón del mundo, y que tú seas una parte, temporal desde hace un pòco de tiempo , viajero, de lo que yo ya llamo HOGAR.